Coordinador en el Laboratorio de Ingeniería Mecánica... y en casa

Javier Cuadrado coordina el Laboratorio de Ingeniería Mecánica de la Universidad de La Coruña en Ferrol, que investiga la simulación de sistemas mecánicos móviles, con aplicación en el sector naval y oceánico, la automoción o la biomecánica. Actualmente trabajan en un proyecto para ayudar a lesionados medulares. Padre de varios hijos, Javier es también presidente del Club juvenil Roiba.

Javier Cuadrado

Estudié la carrera e hice el doctorado en la Escuela de Ingenieros Industriales de San Sebastián , perteneciente a la Universidad de Navarra . A poco de iniciar la carrera comencé a colaborar en tareas de investigación, que luego continué en el doctorado, durante el cual también di clases, por lo que pude conocer bien “el otro lado del mostrador” de la Escuela. El ambiente era estupendo. Allí aprendí lo que era la universidad, y que se puede combinar la búsqueda de la excelencia científica con la preocupación por los demás, empezando por las personas que tienes alrededor. Antes de finalizar la carrera pedí la admisión en el Opus Dei como supernumerario.

Tras terminar el doctorado, obtuve una plaza de profesor en la Escuela Politécnica Superior de Ferrol, que estaba arrancando en aquellos años. Cuando llegué, me asignaron un pequeño despacho con una mesa y una silla: había que empezar de cero, pero sabía lo que tenía que hacer, pues lo había vivido en San Sebastián. Así que empecé a trabajar con estudiantes, que después terminaron la carrera, hicieron el doctorado, etc.

Javier, con los componentes de su Laboratorio de Ingeniería Mecánica de la Universidad de La Coruña

En la actualidad, en el Laboratorio que coordino trabajamos cinco profesores, cinco doctorandos (de distintos lugares de España y del mundo) y un técnico. Continuamente recibimos visitas de estudiantes y profesores de otras universidades españolas y extranjeras que vienen a hacer estancias con nosotros, y es también habitual que nuestra gente visite a otros grupos nacionales e internacionales.

Las reglas del Laboratorio son confianza en las personas, interacción total (todos compartimos la misma sala), y celebración de todo lo celebrable. Quienes pasan por aquí cogen un gran cariño al Laboratorio (ahora vamos a lanzar unas camisetas para los fans).

Javier dirige un grupo de investigación dedicado a la simulación de sistemas mecánicos móviles

Durante bastantes años trabajamos en aplicaciones industriales de nuestra especialidad (automoción, maquinaria), pero yo tenía la inquietud de encontrar un campo de aplicación con una repercusión social más directa. Era consciente de que la biomecánica era la vía más adecuada para ello, pero me faltaba la conexión médica.

Sin embargo, hace unos años, y de una manera bastante providencial, surgió esa conexión, que se tradujo en un proyecto para el desarrollo de ortesis activas que ayudaran a caminar a lesionados medulares. Estamos encantados con el proyecto, especialmente porque implica tratar con personas que sufren este tipo de limitaciones, y esto nos está ayudando mucho a todos.

Varias de las hijas de Javier

Pero además del grupo del Laboratorio, coordino otro grupo de dimensión semejante en mi casa. Aunque aquí tengo la colaboración de mi mujer, Mar, para “coordinar” a los diez hijos que Dios nos ha regalado hasta el momento.

La conciliación (como le llaman ahora) de trabajo y familia me resulta bastante sencilla, por dos motivos: mi mujer se dedica full-time a crear hogar, y yo tengo una gran flexibilidad para organizar mi horario (lo que peor lleva Mar son mis viajes). Eso sí, casi no sé si las butacas del salón son cómodas o no, porque no suelo tener oportunidad de sentarme. Pero ese esfuerzo se ve más que recompensado con sólo mirar un segundo a cualquiera de nuestros hijos.

Actividad de padres del Club Roiba en Montecelo

En su educación humana y cristiana nos está resultando de inmensa ayuda la labor de los clubes juveniles que personas del Opus Dei han promovido en nuestra ciudad, y nuestros hijos están encantados con las actividades semanales, el estudio,  fiestas y festivales, equipos deportivos, campamentos, etc. Mar echa una mano en el club de niñas, encargándose del preclub, destinado a las más pequeñas, y yo procuro sacar el tiempo que puedo como presidente del de niños.

En resumen, una vida muy intensa, muy llena, apasionante, en la que todos los días necesitamos pedir al Señor que nos ayude a mantener el tipo una jornada más, y a que todo ESO no sean simplemente “nuestras cosas”, sino el medio para que nos acerquemos más a Él junto con los que nos rodean.