Diez años del Día a Día de San Josemaría

Hace muchos años comencé a coleccionar en una página de Excel fechas importantes en la historia de san Josemaría Escrivá de Balaguer, el santo de lo ordinario, como lo llamó San Juan Pablo II.

Hace muchos años comencé a coleccionar en una página de Excel fechas importantes en la historia de san Josemaría Escrivá de Balaguer, el santo de lo ordinario, como lo llamó San Juan Pablo II.

El 8 de diciembre de 2006, día de la Inmaculada Concepción empecé a enviar el Día a Día; me dedicaba por dos horas a escudriñar, a través del internet, datos sobre la vida de san Josemaría, sus pasos por Madrid, sus estudios, sus primeros años del Opus Dei, sus frases, sus sueños, sus pensamientos y los días de dificultades económicas, administrativas y espirituales.

Sus encuentros con los primeros de la Obra, la dura guerra civil española, las batallas contra los detractores, sus enfermedades y sus recorridos por Europa y las tertulias por América Latina fueron engrosando el archivo.

Un día, abrí el computador y se había borrado todo. No lo podía creer. Miraba, revisaba, le preguntaba a mi hijo qué podía haber ocurrido y me contestó: “No lo sé”. Tres Avemarías y una respiración calmada sirvieron de alimento para recomenzar la tarea. Se habrían perdido unos 5 mil datos y si perdía más tiempo, más me demoraría en obtenerlos.

Guillermo Romero en una labor social que lidera en el sur de Bogotá

Siguieron llegando más peticiones de distintas partes. Primero de Bogotá, Medellín y Cali, pero después fueron de México, Perú, Venezuela y Argentina. Después llegaron de España y hasta de Japón.

En el 2012, con la ayuda del Power Point se redujo la información a pequeños datos y que cupieran en una página. Igual los lectores no tenían mucho tiempo y habría que ser breves en la información.

Ese mismo año me animaron a publicar en Facebook el Día a Día. Al principio pensé que solo les serviría a personas del Opus Dei, pero luego encontré que diferentes personas de comunidades religiosas, estudiosos de la historia, profesores, católicos del común y de otras religiones veían el diario.

“Con que a una sola persona le pueda ser útil, habría que seguir”, pensaba.

El correo directo llegó a las 1.500 personas y el Facebook supera las diez mil. Unos se van y otros llegan. A veces preguntan y cuestionan fechas o fuentes, pero se les da una amable respuesta con el resultado de la investigación.

Son diez años de labores, con aniversarios o el centenario del nacimiento del beato Álvaro del Portillo o, este año, que fue dedicado a las jaculatorias de san Josemaría.

Por Guillermo Romero Salamanca

Guillermo Romero Salamanca