Gafas

Uso gafas con una graduación muy alta de astigmatismo. Solo tengo un par que nunca me quito...

Uso gafas con una graduación muy alta de astigmatismo. Solo tengo un par que nunca me quito. Las que tenía eran nuevas, me las acababa de hacer porque un golpe de viento en el Cantábrico me las había arrebatado; fue la primera vez que perdí mis gafas.

Un día, de regreso en Madrid, ya con mis gafas nuevas, fui a dar un paseo largo a la Casa de Campo. Era un día de sol y, como suelo hacer, me las colgué de mi camiseta de deporte. Durante el trayecto las usé varias veces; al terminar quise ponérmelas, pero no las tenía.

Mis gafas son muy finas y casi invisibles, y no veía para buscarlas en un camino de tierra y piedras. Pedí ayuda a unos ciclistas y muy amablemente me acompañaron de cuesta abajo a ver si las encontraban, pero sin ningún éxito. Por su graduación me habían costado bastante. Les di las gracias y empecé a subir de nuevo hacia mi casa un poco preocupada. A los ciclistas que me cruzaba, pregunté si las habían visto, pero nadie sabía nada. A media cuesta, me paré en seco y empecé a rezar muy despacio a Dora para que me ayudase a encontrarlas. Inmediatamente se cruzó otro ciclista y le pregunté si las había visto: “Sí, están a 200 metros de aquí”, me respondió. En seguida, pasó otro y le pregunté, y las llevaba en el bolsillo de su sudadera.

Me quedé impresionada porque realmente era muy difícil verlas en un camino de tierra y piedras. Estoy muy agradecida a Dora, segura de que fue ella quien me hizo el favor.

M. B. G. T.