«Las jornadas mundiales de la juventud ayudan a los jóvenes a encontrarse con el Señor»

Un sacerdote que acompañará a un grupo de jóvenes a Lisboa da su testimonio de cómo la JMJ es una ocasión de transformación y renovación interior para las personas que acuden.

D. Carlos Bosh
D. Carlos Bosch

Don Carlos Bosch es sacerdote en Barcelona y será uno de tantos que acompañen este verano a algún grupo de jóvenes peregrinos hasta Lisboa. Los sacerdotes que van en estos grupos se encargan de administrar los sacramentos durante los día que dura la peregrinación, en especial la celebración de la Santa Misa y la confesión, además de acompañar espiritualmente a aquellos que lo deseen. 

De hecho, una de las imágenes que más se difundió de la JMJ de Madrid en 2011 fue el parque del Retiro repleto de confesionarios con cientos de personas esperando para acercarse a recibir el sacramento del perdón. 

D. Carlos, en su experiencia como sacerdote, ha visto cómo las Jornadas son una gran oportunidad para que los jóvenes tengan un encuentro personal con Jesucristo: “Una JMJ es una ocasión grande de renovación interior y de encuentro con el Señor. Son muchos los jóvenes que en un encuentro de este tipo han descubierto la fe. Para aquellos que ya caminan en la fe es un impulso grande en la fe y una ocasión para entrar en contacto con Cristo en su Iglesia”.


Enlace relacionado Especial Jornada Mundial de la Juventud (Lisboa, 2023)


Este será su tercer encuentro mundial de la juventud, después de Madrid en 2011 y Cracovia en 2016, y dice guardar muy buen recuerdo de ambos, ya que le sirvieron para afianzar y confirmar su fe: “Mi experiencia es que las dos ocasiones en las que he tenido la oportunidad de participar han generado recuerdos que llevo en mi corazón para siempre. En ambos casos he podido experimentar la alegría de la fe y la universalidad de la Iglesia”.

Y es que estos eventos no sólo ayudan a los jóvenes que acuden, sino también a sacerdotes que van a acompañar. No es infrecuente tampoco que las JMJ sean lugares en los que algunas personas vean o afiancen su vocación cristiana: “La JMJ de Madrid supuso un antes y un después tanto en mi fe como en mi vocación de sacerdote. Siendo seminarista, en Cracovia, tuve el privilegio de acompañar a otros jóvenes y ser testigo de cómo el Señor tocaba sus corazones. Para mí también fue una ocasión de tomar un nuevo impulso en la fe”.

Como sacerdote que acompaña espiritualmente a muchos jóvenes, D.Carlos cuenta que es más fácil percibir el impacto que puede un evento de estas características en el alma de la gente y cómo la gracia las transforma. 

Pero para los sacerdotes no todo queda en el plano espiritual, sino que desde sus parroquias deben preparar todo para el viaje, desde el punto de vista interior pero también exterior, como por ejemplo con la recaudación de fondos que muchos jóvenes realizan para poder costearse el viaje: “Por un lado hemos hecho promoción del encuentro, animando a jóvenes a participar. Por otro lado hemos hecho recaudación de fondos para poder financiar la participación en el encuentro. Por último nos hemos ido reuniendo el grupo de jóvenes para preparar nuestros corazones con testimonios, oración y catequesis”, explica D.Carlos.