Turbaco: una labor prometedora en Cartagena, Colombia.

Todo comenzó en 2010, hacia el mes de marzo. Con el deseo de llegar a más personas en la labor apostólica en y desde Entremares (Centro del Opus Dei en Cartagena - Colombia), pensamos en Turbaco, una población situada a una hora de la zona turística.

Vista del patio de la Parroquia, donde tenemos las actividades del Club.

En esta zona el párraco es el Padre Ariel Lascarro, Sacerdote Agregado de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Así fue como comenzó la aventura de ir cada sábado a esta población, que nos ha dado muchas alegrías.

El primer paso fue presentar la propuesta de nuestra labor al Párroco: un Club de actividades extraescolares para niñas orientado a proporcionarles formación humana y doctrinal. Decidimos llamarlo Ginger’s por la flor típica de esta zona.

El Padre Ariel nos presentó un grupo de jóvenes que ayudaban en la parroquia y tenían más formación: Saidy, que estudia Medicina y ahora está en séptimo semestre; Lily Tatiana, que comenzó este año a estudiar Psicología en la universidad; Yulisa, Dayana y Daniela, de 13 y 14 años. Todas son un gran apoyo.

También contamos desde el comienzo con la ayuda de dos mamás: Litia, que dictaba las clases de manualidades, y María, que estaba allí para lo que hiciera falta. El traslado es un poco largo, pues hay que tomar 3 buses diferentes y caminar diez minutos, lo que supone, debido al tráfico intenso, invertir a veces unas dos horas de viaje para llegar hasta Turbaco.

María con las pequeñas en una clase de cocina.

Junto con el Club, otro objetivo era iniciar la Catequesis. En marzo comenzamos con el grupo de catequesis de Confirmación, asignado por el Párroco. Hicimos cinco grupitos y cada monitora se encargó de uno, para que la formación fuera más personalizada. Las niñas que no se preparaban para la Confirmación, porque ya la habían recibido o no tenían la edad, quisieron asistir también a la clase como refuerzo.

Hemos organizado el plan de modo que, después de la Catequesis, tienen las actividades del Club –clase de manualidades o cocina– y los cursos de doctrina para las catequistas. También celebramos las fechas destacadas: el día de la madre, los cumpleaños, la Novena de Navidad… que nos dan oportunidad de conocer a las familias.

Dando un repaso a los cuadernos, antes de comenzar la Catequesis.

A finales del 2010 conseguimos el refuerzo de varias señoras de Cartagena, para apoyarnos en las actividades del Club: Youmna, Cecilia, Gloria y Sarita, vienen con nosotras algunos sábados, y nos apoyan con las clases del Club y las preceptorías. También hemos podido empezar a tener una meditación (un rato de oración dirigido por el Padre Ariel) cada quince días para las niñas. Otras amigas de Cartagena, entre ellas Valeria, Xiomara y Mayerly, nos ayudan con frecuencia en la labor en Turbaco, dando clases en el Club o en la Catequesis; lo hacen con gusto, y son un buen apoyo.

Hemos hecho varias visitas a familias más necesitadas con las Monitoras, que también han participado en algunas Convivencias y un Curso de retiro en Bonga, la casa de convivencias cerca de Cartagena.

Con algunas Monitoras y una alcancía que hicimos de reciclaje, para recoger fondos.

Ginger’s ha tomado fuerza, y este año se han inscrito unas sesenta niñas. Hay un buen grupo de trece y catorce años; algunas ya quieren ser monitoras. Una de las alumnas nuevas viene desde Cartagena, porque supo que allí se aprendía doctrina católica. Este año tenemos el propósito de conocer más a las familias de cada niña para poder trabajar con ellas y ayudarlas en su formación.