¿ Un obrero, un taxista, una empleada del hogar pueden ser del Opus Dei ?

Monseñor Hernán Salcedo Plazas, es el representante en Colombia del Prelado del Opus Dei. En esta entrevista responde algunos interrogantes acerca de esta institución de la Iglesia Católica.

Monseñor Hernán Salcedo Plazas, Vicario Regional del Opus Dei en Colombia

¿Qué es el Opus Dei?

El Opus Dei —Obra de Dios, en latín— es una institución jerárquica de la Iglesia católica, una prelatura personal, que   tiene como finalidad contribuir a la misión evangelizadora de la Iglesia. Concretamente, se propone difundir una profunda  toma de conciencia de la llamada universal a la santidad y del valor santificador del trabajo ordinario. El Opus Dei fue   fundado por San Josemaría Escrivá el 2 de octubre de 1928.

 

Pero, ¿no le parece que en el mundo actual eso es imposible?

Como dijo el cardenal Joseph Ratzinger con motivo de la canonización del fundador del Opus Dei, el mensaje de san Josemaría Escrivá ha ayudado a corregir una concepción errónea de la santidad, como si fuera algo reservado para algunos «grandes». La santidad es hacerse amigo de Dios, dejar obrar al Otro, el Único que puede hacer que este mundo sea bueno y feliz. La necesidad de Dios no tiene época y estos son los mejores tiempos para llegar a él. Al mismo tiempo, cada laico pertenece también a la Diócesis donde tiene el domicilio, como cualquier otro católico.

 

Entonces, ¿una persona puede ser santa, ya sea banquero, obrero, empleada doméstica, taxista o ama de casa?

En efecto, y así será siempre. De una parte, cualquier trabajo honesto, cualquier ocupación honrada, bien hecha, acabada por amor, puede y debe ser lugar de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de mejora personal; Dios nos llama no sólo cuando rezamos, sino todo el día. No cabe hablar, pues, de trabajos u ocupaciones de segunda categoría, porque todas las ocupaciones profesionales pueden ser ocasión para encontrarse con Dios. De otra parte, Dios llama a todos a ser santos; no sólo a algunos, a todos. Todos podemos y debemos vivir una vida de intimidad con Dios, puesto que todos somos hijos de Dios y de todos sus hijos Dios espera amor.

 

Y todas esas personas, ¿pueden pertenecer al Opus Dei?

Pueden pertenecer al Opus Dei fieles católicos adultos, hombres y mujeres de cualquier cultura, nacionalidad, condición social y nivel económico, que perciben que Dios les llama a servirle plenamente en medio del mundo y responden  libremente a esa llamada: en efecto, la incorporación al Opus Dei es siempre un compromiso de amor en respuesta a una vocación divina. Actualmente pertenecen al Opus Dei más de 90.000 personas, en los cinco continentes.

 

¿En qué otras profesiones u oficios manuales trabaja la gente del Opus Dei en Colombia?

Hoy forman parte de la Obra personas de todas las profesiones: no sólo médicos, abogados, ingenieros y artistas, sino también albañiles, campesinos; cualquier profesión: desde directores de empresas y pilotos de aviones hasta peluqueras de alta moda o empleadas del servicio doméstico.

 

Y quien lea esto, y quiera ser del Opus Dei, ¿qué tiene que hacer?

La incorporación se produce mediante una declaración formal por parte de la Prelatura y del interesado. Se basa en el valor de la palabra dada yhonradez cristiana de la persona que se incorpora a la Prelatura, y lleva consigo un compromiso de por vida: luchar por ser santo, según el espíritu del Opus Dei. Por tanto requiere mayoría de edad y una decisión libre,

ponderada y madura. Exige además la necesaria información  previa y un adecuado periodo de preparación.

 

Bueno y, ¿cómo se puede conocer más del Opus Dei?

La Prelatura publica un boletín oficial, Romana, que recoge todos los documentos y noticias relevantes sobre su actividad: más datos en www.romana.org. Además de la que contiene esta página web, puede encontrar más información sobre San Josemaría en www.josemariaescriva.info y sobre sus escritos en www. escrivaobras.org. En los países donde hay labor del Opus Dei, existe también una Oficina de información, a disposición de los periodistas y profesionales de la comunicación. Puede encontrar la dirección electrónica de esas oficinas en la sección "Oficina de Prensa" de esta página web.

 

Entonces, yo puede que nunca sea del Opus Dei,  ¿pero sí puedo participar de los medios de formación que ustedes imparten?

Por supuesto, muchas personas de hecho participant de la formación espiritual y doctrinal que se ofrece en la Obra, reciben atención espiritual y nunca llegan a pertenecer a la Prelatura.

 

Y los Cooperadores del Opus Dei, ¿que lugar ocupan en la institución?

Los cristianos no católicos y las personas de otras religiones no pueden pertenecer a la Prelatura, pero pueden cooperar con el Opus Dei, si lo desean. Los cooperadores, católicos o no católicos, rezan por el Opus Dei y colaboran —con su trabajo y

sus limosnas— en las labores educativas y asistenciales promovidas por fieles de la Prelatura en todo el mundo. Actualmente, son cooperadores del Opus Dei cristianos ortodoxos, anglicanos, luteranos, así como judíos, musulmanes, budistas, y también personas que no profesan ninguna religión. 

¿Y los sacerdotes de las parroquias también?

Los sacerdotes seculares ya incardinados o que pertenecen a una diócesis no pueden pertenecer a la Prelatura, pero pueden formar parte de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, asociación indisolublemente unida a la Prelatura. Al incorporarse a la Sociedad de la Santa Cruz no ven modificada su condición diocesana: siguen perteneciendo plenamente al clero de su propia diócesis y dependiendo de su Obispo, como antes. Se comprometen a buscar la santidad en el ejercicio del trabajo sacerdotal, según el espíritu del Opus Dei, y en particular se empeñan en vivir profundamente unidos al propio Obispo y a los demás sacerdotes.

 

¿Cuáles son los principales apostolados socials del Opus Dei en Colombia y en el Mundo?

Algunos miembros del Opus Dei llevan a cabo en los distintos países –junto con Cooperadores de la Obra y muchas otras personas, creyentes y no creyentes- labores educativas, asistenciales, culturales que poseen una marcada finalidad de servicio y formación: escuelas, hospitales, universidades, centros de formación profesional, etc.

Estas actividades tratan de responder a las necesidades reales de su propio país o ambiente. Sus promotores las sostienen con plena autonomía económica y funcional. La Prelatura únicamente se ocupa de la vivificación cristiana de esas iniciativas de interés social, proporcionando orientación doctrinal y atención sacerdotal a quienes libremente lo desean.

Así los explicaba el Fundador: "Residencias de estudiantes, casas de retiro, Universidades, centros de formación para obreros y campesinos, institutos técnicos, colegios, escuelas de formación para la mujer, etcétera.

Estas obras han sido y son indudablemente focos de irradiación del espíritu cristiano  promovidas por laicos. Le señalo algunas obras de apostolado corporativo o personal en Colombia: Universidad de La Sabana (Chía) - Gimnasio de Los Cerros (Bogotá) - Gimnasio los Pinares (Medellín) - Club Delta (Bogotá) - Residencia Universitaria Ingará (Bogotá) - Residencia Universitaria Inaya (Bogotá) – Secretariado Social de Soacha - Club Cultural y Deportivo Monteverde (Bogotá, Kennedy) - Instituto de Ciencias Sociales y Económico Familiares (ICSEF) (Silvania, Cundinamarca) - Gimnasio Tundama (Bogotá) – Escuelas Familiares Agrarias (Machetá, Chocontá, Pacho, en Cundinamarca)- Centros Culturales para universitarios y universitarias en Bogotá, Medellín, Manizales, Cali,  Barranquilla, Cartagena y Bucaramanga.

 

¿Y siempre con el mismo silencio?

El actuar de Dios no es rumoroso ni llamativo, sino lleno de naturalidad y de sencillez. ¿Recuerda el  encuentro del Señor con el profeta Elías? "Un viento fortísimo conmovió la montaña y partió las rocas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Detrás del viento, un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Detrás del terremoto, un luego; pero el Señor no estaba en el fuego. Detrás del fuego, un susurro de brisa suave. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se detuvo a la puerta de la cueva. Entonces le llegó una voz que decía: -¿Qué te trae aquí Elías?" (1 R, 19) .

Monseñor, ¿usted cómo se hizo del Opus Dei?

Le respondo con unas palabras de San Josemaría que son la verdad de mi vocación al Opus Dei: "Yo tampoco pensaba que Dios me cogiera como lo hizo. Pero el Señor -déjame que te lo repita- no nos pide permiso para "complicarnos la vida". Se mete y... ¡ya está!" (Forja, Selección, 902). Así lo hizo conmigo, se insinuó a través de un amigo, compañero de estudio en la Universidad Nacional, hace ya más de 40 años. Todo normal, corriente. 

¿Conoció usted a San Josemaría Escrivá de Balaguer, el Fundador?

Recuerdo muy bien el momento en que lo vi por primera vez, en Roma. Era un domingo de enero de 1973. Estaba haciendo un día de retiro espiritual y a eso de las once de la mañana me avisaron que San Josemaría quería tener un rato de tertulia con las personas que nos formábamos junto a él. Además, como era de los último en haber llegado, se interesó enseguid por mí, tuvo muchos detalles de cariño conmigo.

 

¿Qué recuerda de él?

Tantísimas cosas, pero, en honor a la brevedad, las resumiría en su amor vibrante, fuerte y dulce, lleno de detalles ntrañables y deliciosos. Un amor en el que se fundía lo divino con lo humano, sin confundirse. Vivió de amor y para el  amor, hasta morir exprimido como un limón, con expresión suya muy gráfica, por el trabajo de hacer el Opus Dei: amor a la Trinidad Santísima, a la Virgen María, a San José, a los Ángeles, a la Iglesia Santa, al Romano Pontífice, a sus hijos en el Opus Dei, a todos los hombres sin excepción, a la creación entera. Un amor muy ordenado, sin ningún entimentalismo.

 

Antes de terminar, ¿cómo definiría usted a una persona del Opus Dei?

La vocación al Opus Dei no cambia ni modifica en ningún modo la condición, el estado de vida, de quien la recibe. Y como la condición humana es el trabajo, la vocación sobrenatural a la santidad y al apostolado según el espíritu del Opus Dei, confirma la vocación humana al trabajo.