Un viaje de 12 horas para visitar al Señor de Buga

Esta es la historia de un grupo de jóvenes de Monte Verde que emprendieron una aventura espiritual a la Basílica del Señor de los Milagros en Buga, Valle del Cauca.

A la salida de la Basílica del Señor de los Milagros en Buga

En el panorama de la fe, una peregrinación es una visita a un lugar sagrado, para pedir por alguna intención especial, para dar gracias o para cumplir una promesa. También resulta en un viaje de descubrimiento y crecimiento personal. Esta es la historia de un grupo de jóvenes de Monte Verde, que emprendieron una aventura espiritual a la Basílica del Señor de los Milagros en Buga, Valle del Cauca.

En la Catedral de Buga

Monte Verde es un centro cultural y deportivo fundado en 1.977, situado en la localidad de Kennedy, en Bogotá. Sus asistentes en su mayoría son jóvenes desde los 12 años al programa Juventus Para la Excelencia, de octavo a décimo grado de bachillerato. En grado 11, último año de colegio, ingresan al Concurso Mejor Bachiller, el cual les ofrece 22 becas universitarias en prestigiosas instituciones de la ciudad.

Compartiendo algunos planes durante la convivencia

Estos jóvenes provienen de familias trabajadoras y esforzadas de localidades al sur de Bogotá (Bosa, Ciudad Bolívar, Tunjuelito, Usme, entre otras) y municipios aledaños como Soacha; sus padres valoran y promueven la formación humana, cultural, deportiva, académica y espiritual que se trasmite en el Centro.

El año escolar y universitario inicia a mediados de enero. Por esa razón, el nuevo capellán de Monte Verde, Padre Alberto José, propuso que este inicio de año fuera diferente. La idea era ofrecerlo a Dios y todos los proyectos que tienen, además de dar gracias por tantas cosas logradas hasta ahora.

Llegada al Hogar del Mendigo San Lorenzo Diácono Buga

En Colombia hay varios sitios de peregrinación importantes e históricos, entre ellos el Señor de Los Milagros de Buga, cuya fiesta se celebra el 14 de septiembre y que se renueva el 14 de cada mes, con una asistencia anual de tres millones y medio de visitantes.

La idea desde Monte Verde fue organizar un plan en viaje terrestre desde Bogotá a Buga, de tal manera que la Misa principal, fuera el 14 de enero que era domingo, lo que hizo más especial la peregrinación y mucho más concurrida. En el Santuario existe una urna en la que se dejan las peticiones y agradecimientos; todos los participantes de la peregrinación llevaron la suya y, además, las de familiares y amigos. Algunos incluso plastificaron su carta, otros le pusieron una especie de sello y todos devotamente depositaron sus peticiones a los pies del Milagroso de Buga.

Tertulia en la casa de convivencias la Esperanza en Ginebra

A Monte Verde asisten los chicos de los programas académicos, pero también asisten los que estudian en la universidad, y muchos otros que por distintas razones han llegado y quieren formarse humana y espiritualmente. El promedio de asistentes al mes puede estar cerca de los 300 jóvenes. Así que cuando se propuso el plan de la peregrinación, la selección fue más compleja que la consecución de los recursos, pues había más interesados que cupos en el bus que se contrató. Los peregrinos fueron 20 jóvenes en un rango de edad de 14 a 22 años y 5 profesores.

Sergio por ejemplo contó “yo tengo la obligación de ir, porque mi mamá siempre ha querido visitar al Señor de Buga, y no ha podido, le quiero dar esa alegría”, en su caso era más compleja su asistencia, porque el lunes 15 debía sustentar su tesis de grado en la Universidad, pero ni siquiera ese compromiso lo hizo desistir, desde allí pudo virtualmente sustentar y le fue bien; pronto será su grado de abogado.

En qué consistió el plan que se propusieron desde Monte Verde

Buga está a 380 kilómetros de Bogotá, pasando por el conocido alto de la línea a 3400 metros de altura, y por el recientemente inaugurado túnel de la línea, que realmente es una serie de túneles (25 túneles y 25 viaductos) que permiten atravesar la cordillera para llegar al Valle del Cauca.

Camimo a Buga parada técnica en Cajamarca

Para financiar el viaje, los peregrinos pagaron el 30% del costo, lo demás lo financiaron 38 donantes de Buga, que por el Capellán conocieron de la labor de Monte Verde y quisieron unirse a esa peregrinación. Además de la estadía, el transporte, la alimentación, se imprimieron unas camisetas con el logo de Monte Verde, que todos usaron y será otro de los recuerdos de este viaje. Los chicos al final enviaron unas cartas de agradecimiento a cada donante por su generosidad.

Aunque la estadía fue corta, les dio a los jóvenes la oportunidad de conocer el santuario, ayudar en una labor social y hacer deporte. “me impresionó la alegría de todos en participar en la peregrinación, los planes fueron excelentes, pero lo que más me removió fue estar un rato frente a la imagen del Señor de Los Milagros sin que nadie nos pidiera seguir adelante” contó Santiago.

Uno de los planes fue ayudar un día en el Hogar del Mendigo San Lorenzo Diácono. La institución ofrece alojamiento temporal a ancianos, almuerzos y comidas diarias a 250 personas que viven en la calle, hospedaje a familiares de pacientes hospitalizados que llegan a Buga sin un lugar donde quedarse.

Trabajando en la preparación de las bebidas en el hogar de ayuda de la Diócesis

Los jóvenes se dividieron en diferentes grupos de trabajo: algunos ayudaron a alistar el almuerzo para su distribución, otros seleccionaron y doblaron ropa, un pequeño grupo clasificó medicamentos, mientras otros compartían tiempo conversando con los residentes del hogar.

Las noches fueron muy bien aprovechadas con tertulias en las que todos compartían sus impresiones, además de celebraciones. Tomás por ejemplo cumplió 15 años y se le hizo una agradable celebración, igual que a Nelson y Osvaldo, profesores que también cumplieron años durante el viaje.

Santiago compartiendo con un residente del hogar

Alberto Pedraza director de Monte Verde dio el último reporte a los familiares de los asistentes el martes “El grupo llegó a Monte Verde a las 7:30 de la noche, después de 10 horas de viaje, sin ningún contratiempo, con la firme convicción de que esta peregrinación al Señor de los Milagros de Buga ya está dando sus frutos, al convertirse en un testimonio vivo de cómo los sueños aparentemente imposibles, pueden convertirse en realidad”.

Origen de la devoción al Señor de Buga

La tradición cuenta que una indígena en el año 1550, estaba lavando la ropa en el río Guadalajara, que pasaba por donde hoy está la Basílica en Buga. Su ilusión era comprarse un crucifijo y para ello reunió setenta (70) reales, los cuales se los entregaría al cura párroco para que le comprara su Cristo; cuando pasó por allí un hombre, padre de familia, llorando pues le iban a mandar a la cárcel porque debía setenta reales y no tenía con qué pagarlos; Ella se llenó de tristeza y prefirió dejar su anhelo para más tarde y le ayudó al pobre hombre que la bendijo por haberle salvado.

Imagen tomada de la web de la Basílica del Señor de los Milagros

Días después, estaba lavando, cuando traído por la corriente del río, llegó a sus manos un crucifijo. Siendo que río arriba era completamente deshabitado sabía que no podía ser de nadie, se fue feliz con su hallazgo y le improvisó un altar y lo colocó en una cajita de madera. Una noche oyó golpecitos en el sitio donde guardaba la imagen y se llevó una gran sorpresa cuando vio que el Santo Cristo y la cajita habían crecido notablemente, pero se imaginó que era ilusión de sus ojos debilitados por la edad. La imagen siguió creciendo y cuando advirtió, tenía ya cerca de un metro de estatura. Le avisó al cura párroco y a los señores más importantes del pueblo, quienes al verlo y darse cuenta que la pobre señora no tenía dinero como para obtener un crucifijo de estas dimensiones, corroboraron que era un milagro. Desde ese momento esa imagen es motivo de peregrinación de los colombianos.

Los Padres Redentoristas custodian la Basílica del Señor de los Milagros desde el año 1884. Esos padres reciben a todos los visitantes con cariño, con los peregrinos de Monte Verde, mostraron su hospitalidad y facilitaron todo el plan que se habían propuesto. Por eso el 14 de enero pudieron tener la Misa, en el Templo a las 9 AM, oficiada por el Padre Alberto Ospina.